Los niños y niñas que tienen un diagnóstico de autismo infantil presentan conductas y un desarrollo de destrezas de socialización y comunicación atípicas; pueden tener dificultades significativas en el aprendizaje, la socialización, la comunicación y con su conducta a través de sus vidas.
Hace 40 años se estimaba que 4 de cada 10,000 niños presentaban autismo. Las últimas estadísticas del CDC (el Center for Disease Control de EU) del 2008 estiman que la prevalencia en Estados Unidos es de 1 de cada 88 niños.
En Puerto Rico, del 1992 al 2007 el número de niños diagnosticado con autismo entre los 6 a 22 años casi quintuplico. En marzo del 2012, el Secretario de Salud de Puerto Rico, informó que 1 de cada 62 bebés que nace en nuestro país tienen alta probabilidad de tener autismo.
De hecho, Puerto Rico tiene una de las tasas de autismo más altas del mundo. Las explicaciones para este incremento abundan. Sea por la razón que sea, estos niños y niñas (y sus familias) necesitan atención y apoyos especiales.
Y mientras más temprano se identifiquen, y más temprano se ofrezca la atención y apoyo, mejor será el pronóstico para su desarrollo y aprendizaje; maximizando su potencial y minimizando las probabilidades de que desarrollen conductas difíciles.
Por lo tanto, la identificación temprana es imprescindible. Investigaciones recientes han encontrado que un diagnóstico confiable se puede establecer tan temprano como a los 2 años de edad. Sin embargo, la mayoría de los niños se diagnostican después de los 4 años.
Las investigaciones también han encontrado que muchos padres cuyos hijos han sido diagnosticados con autismo, notaron diferencias en el desarrollo de sus hijos en sus destrezas sociales, de comunicación y motoras finas antes del 1er cumpleaño; algunas desde los 6 meses de edad.
Actualmente no existe una prueba médica para diagnosticar el autismo. El diagnóstico se basa mayormente en observaciones del comportamiento. Por lo tanto las observaciones que hacen los padres y las personas que cuidan y trabajan con niños pequeños son esenciales para establecer un diagnóstico temprano y sobre todo, para proveer intervención y apoyos tempranos.
Conociendo la urgencia de la identificación e intervención temprana es importante saber, y que los padres sepan que en Puerto Rico se recomienda que los pediatras utilicen la ASQ (Ages and Stages Questionnaire) en las visitas de los 9, 18 y 24 meses y que se haga un cernimiento para autismo usando la M-CHAT a los 18 meses.
La ASQ consiste de una serie de cuestionarios para ayudar a identificar aquellos niños entre 2 meses y 5 años que puedan estar en riesgo de tener rezagos en su desarrollo, incluyendo su desarrollo socio-emocional.
Los cuestionarios también pueden ser completados por los padres, en entrevista con los padres, o por las cuidadoras o maestras. Incluyen 5 áreas: Comunicación, desarrollo motor grueso, desarrollo motor fino, solución de problemas y el área personal social.
También hay una ASQ-SE para hacer cernimiento del desarrollo socioemocional. La M-CHAT es un instrumento de cernimiento dirigido a identificar aquellos niños pequeños que puedan estar en riesgo de presentar autismo. Consiste de una serie de preguntas que se le hacen a los padres. La M-CHAT está traducida al español y se puede conseguir a través del internet.
Para poder contribuir al diagnóstico temprano, necesitamos conocer el desarrollo típico además de conocer algunas posibles señales tempranas del autismo. El CDC tiene una iniciativa dirigida a la identificación temprana del autismo. En su portal puedes accesar Hojas de cotejo sobre el desarrollo desde los 2 meses hasta los 5 años.
Cada hoja incluye indicadores del desarrollo socioemocional, del habla y lenguaje, y del desarrollo motor y físico. Están escritas dirigidas a los padres. Si notamos que un niño o niña no está presentando el desarrollo esperado para su edad, debemos buscar más ayuda.
La Academia Americana de Neurología y la Sociedad de Neurología de la Niñez sugieren que debe referirse inmediatamente para una evaluación abarcadora cualquier niño o niña que: – A los 12 meses no haya balbuceado, señalado o hecho otros gestos (como decir adiós), – A los 16 meses no hable, – Para los 24 meses, no use de manera espontánea, frases de 2 palabras (que no sea repetir) o – Que, a cualquier edad, haya perdido destrezas de lenguaje o de socialización.
Otras señales tempranas que se asocian con el autismo tienen que ver con la comunicación como por ejemplo:
– Presentar patrones atípicos del habla como lo son, la ecolalia o tener un tono de voz inusual.
Otras tienen que ver con la socialización como por ejemplo:
– Resistir el contacto visual
– No mirar lo que se le señala
– No sonreír en situaciones sociales O con el juego, como lo son:
– No imitar, y no participa del juego dramático
– Presentar juego atípico — por ejemplo, colocar los juguetes en fila, hacer girar los objetos
– Falta de interés en las actividades típicas de su edad Además pueden presentar
– Reacciones sensoriales atípicas — ser hipersensitivo o hiposensitivo a sonidos, olores, tacto, sabores
– Resistencia o sobre reacción a cambios en su rutina o en el ambiente, y – Movimientos repetitivos (como lo son mecerse o aletear).
Cualquier sospecha de que pueda haber un problema en el desarrollo de un niño pequeño debe ser atendida. Si el niño es menor de 3 años se debe referir al programa de Avanzando Juntos en el Centro Pediátrico correspondiente.
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